TINtervalo5 presenta una nueva forma de compartir desde y para el cuerpo. Queremos invitarte a conocer desde la mirada de la Psicóloga Alejandra López Pulido, quien comparte desde la ciudad de Ocotlan, Jalisco y no te pierdas su Intervalo el día martes de cada semana en la segunda temporada del Blog TINtervalo5.
No olvides compartir y comentar, Alejandra espera tus preguntas, comentarios y sugerencias.
¿Cuántas
veces nos acostumbramos vivir con dureza?
¿a estar siempre luchando por lo que queremos y deseamos?
¿a sobrevivir en vez de vivir?
Que cuando llegan las cosas
sencillas casi por arte de magia no la creemos, y decimos que en algún momento
algo va a salir mal.
Hace
poco tuve la oportunidad de cambiar de automóvil por uno que para mí es mas
nuevo, mejor marca y mas estilizado. No podía creer que eso estaba pasándome a mí,
si no había “hecho algo para merecerlo” pues ni siquiera lo busqué, simplemente llego
la oportunidad.
Era tanta mi confusión que empecé a sabotearme al no usarlo una
vez que lo tenía en casa por miedo a que chocara o me dejada varada a medio camino.
Un auto donde encendía sin ningún problema, la maquinaria de lo más silenciosa
y con dirección hidráulica, resultaba de lo más pavoroso para mí. Hasta que me
di cuenta cuanto me había acostumbrado a la dureza de mi anterior automóvil que
era un modelo mucho más antiguo y sin dirección hidráulica.
Eso me hizo
reflexionar de cuanto en mi vida me acostumbre a la dureza, a que todo me tenía
que costar “sudor y lágrimas”, a hablarme a base de prejuicios y sin una gota
de cariño. Acostumbrarme a recordar las cosas dolorosas, frustrantes, los
errores, para según aprender de ellos.
Pero lo que hacía era traerlos de vuelta
a mi vida y tratarme con esa dureza de “no te vuelvas a equivocar”, “si te paso
de nuevo es porque no aprendiste bien desde la primera”. Te acostumbras a que
te pasen cosas malas para decirte “ya lo sabía, nunca me salen las cosas bien”
“siempre hay un negrito en el arroz”
¡Y
que crees, que con esto lo único que puedes ver en tu vida
es el negrito en el
arroz!
Parecieran
que las cosas buenas solo le pasaran a los demás y a ti solo por obra de la
casualidad llegaran y así mismo fácil se fueran.
Si
estás leyendo esto y te das cuenta de que así has vivido, te recomiendo algo:
¡Aléjate
de la costumbre! Hay cosas muy buenas que nos pasan y que llegan sin tener que
luchar o desgarrarnos para que lleguen: un buen amigo o amiga, una pareja, una
oportunidad de trabajo, de estudio, etc. Y con el simple hecho de ser tu, el
gran universo las pone a tu alcance. Y cuando te pasen, disfrútalas y agradece,
al universo le gusta que le den las gracias.
“Aléjate
de las cosas malas que traen confusión y problemas en tu vida, que dejan
sembrado el pánico y el temor dentro de tú alma y corazón.
Aléjate
de la sobra de las dudas, que no te deja abrir los ojos al nuevo día que vendrá
con luz de esperanza y felicidad.
Aléjate
de los corazones que no son sinceros y se enfrentan a tu rostro con mascaras
pintadas, con fachadas de payasos para reírse de ti.
Aléjate
de las malas amistades que se esconden tras de una roca cuando la tempestad
ataca tu vida, y te sonríen cuando el sol de nuevo te baña con sus rayos.
Aléjate
de los miedos que te han encerrado en una cueva oscura, donde pasas los días
esperando que un nuevo camino se abra ante ti, y toma valor para caminar.
Aléjate
de la ceguera que roba los días de tu vida, sin empezar a sembrar las semillas
de la felicidad.
Aléjate
de las lágrimas que tienes en el rostro y sonríe de nuevo aunque no tengas una
razón, solo porque has visto de nuevo el sol.
Aléjate
de las sombras y dale un nuevo espacio a la luz.
Aléjate
de las cosas malas y deja a las buenas entrar.
Aléjate
de las lágrimas…, hoy es el mejor día para empezar de nuevo a caminar por el
sendero de la vida, acercándote siempre a la felicidad”
Psicóloga Clínica Alejandra López Pulido
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