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Intervalo que Rockea.
Acondicionamiento,
tu cuerpo es una esfera de luz. Y se llena de energía al salir el sol.
La
clase inicio treinta minutos antes de mi llegada al aula y aun así pude estar
presente contemplando a cada cuerpo en acción constante. Flexiones.
Estiramiento. Miradas confusas. Pies en flexión. Tu cuerpo es parte de un todo
unitario, tu cuerpo es una completitud, tu cuerpo se habitúa, se compromete con
las costumbres que le otorgas. Y entonces viene la técnica que te modifica y te
previene lo que no está en tu cuerpo.
Pareciera
que hacer algo diferente a lo que tu cuerpo incorpora implica una falta de
disciplina. Y sin embargo quizá es cuando tu cuerpo tendría que involucrarse
más. El resto es burocracia. Y quizás tu cuerpo esta cansado, lastimado o con
un corazón entristecido. Pero tu cuerpo, ese cuerpo que siempre te ha
acompañado te responde. Siempre responde.
Blusa
con líneas de color. Pants rojo. Tenis grises con líneas rosas. Posición cero
dice él, y entonces el maestro con voz contundente hace notar que serán ocho
juegos de movimiento. La superficie gris,
un linoleum desgastado rodeado por ventanas y un espejo que es ignorado.
La
música se escucha entre las respiraciones de cuerpos cansados que se esfuerzan
por hacer las acciones de una mejor manera. Es estimulante ver como una puerta
abierta que proyecta la imagen de una clase fuera de lo común en una escuela
profesional de danza clásica llama a los alumnos que curiosos se quedan viendo
desde afuera. Tratando quizá de pelear con el miedo a recibir instrucciones que
están fuera de los códigos almacenados en su memoria.
Visitar
esta clase para mí fue un hallazgo, debo confesar que en realidad yo tomaría la
clase, pero al ser retenida por un compromiso eventual, llegue media hora tarde.
¿Por qué no incluirme a pesar del retraso? Considero que no es justo para los
compañeros que han llegado a tiempo tal transgresión a las reglas. Sin embargo
decidí observar y compartir desde mi mirada la experiencia de vivir una clase
de breakdance en sus principios.
¿Qué
es el cuerpo que entrena? ¿Cómo es? Por alguna razón me siento trastocada y
nostálgica al ver estos cuerpos en acción. No se si es la emoción de saberme
testigo de un acontecimiento tan peculiar o si es acaso la eventualidad de por
fin ser egresada de mi licenciatura en dirección. Supongo quizá, que el tiempo
se me vino encima y estar presenciando esta clase me hace ser consciente del
paso del tiempo en el espacio. Los alumnos en círculo, mientras el profesor en
el centro da indicaciones para realizar un “step”…
“cambiar el peso”… “regresar”…
Entonces
cuando el maestro involucra la cabeza en el movimiento, todos los alumnos se
asustan. La formación circular se cierra, luego se abre. Preguntas concretas y
el reflejo en el espejo. La secuencia es marcada completa a una mayor velocidad
y cada alumno rediseña la frase de movimiento a partir de las habilidades que
ha adquirido su cuerpo. Las estrategias de ejecución son distintas, como si el
cuerpo se llenara de artimañas para el desarrollo de algo que no conoce pero pretende
realizar.
Entonces
viene la lateral, ejercicios de trayectoria y desplazamiento. El cuerpo
adquiere fuerza, tono y rapidez. Desplantes, saltos y cadencia. El breakdance
no es solo la ejecución de un tipo de baile, tiene que ver con actitud, con una
manera de ver el mundo y compartir con el otro.
Los
cuerpos están cansados y sin embargo estan presentes. La energía sube y baja,
circula, choca, rebota, se estremece. Los cuerpos son esferas que dialogan, el
maestro juega entonces con una mezcla entre danza clásica y breakdance. Divierte pensar en algo que va más allá, una
mezcla entre lo conocido y lo desconocido.
Son
las dos de la tarde y aquí esta la mirada expectante de una servidora preguntándose
una y otra vez ¿es verdad que nunca es tarde? Y no lo es. El cuerpo siempre se
encuentra ansioso por aprender nuevos impulsos que lo lleven a multiplicar sus
medios expresivos. Generando con ello quizá una línea en el diálogo con el
universo. Porque somos universos que viven en expansión.
La
clase aun no termina y los alumnos siguen entusiasmados por vivir la experiencia
de movimiento. Siguen saltando a pesar de las dificultades que se presenten. Pues
su cuerpo es el alma viva que tiene como objetivo volar, de cualquier modo y de
cualquier forma, no importa la técnica. Lo importante es poder volar y
expandirse hacia el universo, fusionarse con el.
El
maestro exclama: “Puedes hacer cualquier
cosa. Diviértete.”
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