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miércoles, 27 de enero de 2016

Cuando se JUNTA el HAMBRE con la NECESIDAD

“ Cuando se JUNTA el HAMBRE con la NECESIDAD ”

TINtervalo5 presenta una nueva forma de compartir desde y para el cuerpo. Queremos invitarte a conocer desde la mirada de la Psicóloga Alejandra López Pulido, quien comparte desde la ciudad de Ocotlan, Jalisco y no te pierdas su Intervalo el día martes de cada semana en la segunda temporada del Blog TINtervalo5. No olvides compartir y comentar, Alejandra espera tus preguntas, comentarios y sugerencias. 






Largos, cortos, chistosos, serios… Para mí los refranes son todo un tesoro, ya que por algo son dichos y en su mayoría, reflejan la experiencia de la vida. Es por eso que me gusta iniciar mis textos con un refrán en turno, además de que mi madre es una extensa enciclopedia de ellos.

 “Cuando se junta el hambre con la necesidad” trae a mi mente cierta reflexión. Cuando sentimos hambre, como una sensación básica, hay algo interno que nos motiva al movimiento, al hacer algo en emergencia, pues en ese estado no podemos seguir mucho tiempo. Es cuando corremos a “cazar” lo que el refrigerador pueda ofrecer para “saciarnos”.  Llegando a un momento placentero por cierto tiempo, hasta que nuevamente llegue “esa” sensación, en su mayoría al estómago. Y así pasamos los días, cubriendo necesidades fisiológicas una tras otra, pero el ser humano no solo es parte física y biológica, es también espiritualidad, cognición y emoción, esos también necesitan ser “alimentados”.

El hambre de amor puede convertirse en una sensación de emergencia que nos mueve por largo tiempo. ¿Ha quién no le gusta sentirse querido, apapachado? ¡Todos! Es un verdadero manjar cuando esa persona me da cariño, lindas palabras, detalles, compañía, todo lo que se ocurra, además en pareja se va formando el vínculo, y se convierte en algo verdaderamente placentero. Pero buscar a una persona que me “alimente” de amor para seguir existiendo es el conflicto.




No se puede estar tranquilo esperando, comienza la búsqueda, “la caza”. Y en ese proceso de búsqueda, pueden presentarse muchos errores, personas que no me alimenten emocionalmente como yo lo esperaba, dejándonos heridos y culpables. Como si la afirmación que reina para esas personas en búsqueda fuera “haz de mi lo que quieras, es el precio a pagar por darme lo que yo no puedo hacer por mi”. La persona que alimente a alguien así, muy probablemente también este bajo la misma “hambre”: Al fin alguien me reconoce y me necesita, eso me alimenta.  No tarda mucho en prepararse el terreno para la codependencia. No es amor por más que se le parezca.

¿Qué hacer en esta situación de hambre? Comenzar por observarla, ¿De qué estoy hambrient@?¿Qué hago para que la otra persona me de cariño? ¿Va en contra de lo que pienso y siento eso que hago?

Y reflexionar contigo mism@, ¿en verdad es lo que yo quiero para mi? Tal vez me dé cuenta que solo fueron esas necesidades que me deslumbraron e hice pareja, pero hay que aceptar que solo somos seres humanos, con nuestra propia hambre cada quien, y que solo yo puedo saciarla conmigo mism@. Si tengo hambre de cariño, comienzo a saciarla dándome ese cariño yo, si tengo hambre de palabras bonitas, comienzo el día mirándome al espejo y diciéndome exactamente esas palabras que quiero oír, emocionándome, y si alguien más me las llega a decir, ya seria ganancia pues yo ya me alimente.



Es más fácil escribirlo que entrar a la acción, pero todo con practica se logra, además vivir alimentándome a mi mism@, suena y se siente mejor que de los demás.



Psicóloga Clínica Alejandra López Pulido

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lunes, 18 de enero de 2016

SÍNDROME de la CACA FRÍA



' SÍNDROME de la CACA FRÍA '

           TINtervalo5 presenta una nueva forma de compartir desde y para el cuerpo. Queremos invitarte a conocer desde la mirada de la Psicóloga Alejandra López Pulido, quien comparte desde la ciudad de Ocotlan, Jalisco y no te pierdas su Intervalo el día martes de cada semana en la segunda temporada del Blog TINtervalo5. No olvides compartir y comentar, Alejandra espera tus preguntas, comentarios y sugerencias. 




     Estaba pensando en la semana sobre situaciones de pareja vividas y algunas de mi trabajo (como psicóloga es parte del “pan de cada día”), cuando me encuentro con un texto que tenia archivado, recordé que me lo entregó una persona muy especial (la cual espero lea esto), así con curiosidad y expectativa leo el título: "SINDROME DE LA CACA FRÍA"

          Con esas palabras claras e impactantes, comienzo a leer el siguiente texto que les comparto a continuación: 


Hace un par de meses rompí con mi novia porque descubrí que me había engañado múltiples veces. Ayer me llamo por teléfono y me pregunto que si nos podíamos ver. Le dije que si.

Fue raro, porque la pasamos genial esa tarde juntos. Me di cuenta de que aun la amaba y extrañaba. Cuando llegue a casa le platique a mi abuela (ella es mi mejor amiga) sobre la tarde con mi ex. Y lo que me dijo ha sido la cosa más sabia que he escuchado en mi vida:

-Oh cariño, ¡recuerda que rompiste con ella por una razón!
-Si, lo sé abuela, pero es que aún la amo.
- Por favor no te atrevas a padecer el viejo “Síndrome de la Caca Fría”
-Uhmmm… ¿qué es eso?
-Mira, el “Síndrome de la Caca Fría” es así: Cuando tu popo esta aún calientita, puedes saber y oler que es caca, por lo tanto no te atreverías a acercarte a ella. Por otro lado, cuando la popo se vuelve fría y dura, mucha gente puede pensar que es chocolate y se atreven a probarla para luego descubrir de la peor manera que sigue siendo caca. Ella te engaño y no una, sino varias veces, ella es caca, no chocolate. Recuerda esto.






        ¿Cuántos chocolates tenemos en la vida? Para descubrir después que no es lo que parece, que la persona que hirió, muy probablemente lo vuelve hacer. No quiero caer en generalizaciones, hay ocasiones en que el perdón y el crecimiento de pareja llega después de atravesar los sin sabores de la vida, pero que las peleas, los engaños, las reconciliaciones y desilusiones, sean mayores que los buenos tiempos, es hora de pensar sino estamos pasando por el “Síndrome de la caca fría”. Confundiendo el amor con dependencia.




        Cuando nos damos cuenta que estamos ahí, se ocupan palabras fuertes para tomar decisiones fuertes y mantenernos en ella, pues es muy fácil flaquear y volver a pensar que es un dulce chocolate porque nos la pasamos bien, porque prometió miles de cambios, porque nos conoce y habla bonito. Pero lo que es caca seguirá siendo caca, debemos tener los ojos abiertos a la realidad por más dolorosa que sea, al final el dolor no dura para siempre y llegamos a sanar probando verdaderos “chocolates” y si nos dejamos consentir por el universo, llegarán incluso “bombones”.

Psicóloga Clínica Alejandra López Pulido

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martes, 12 de enero de 2016

Cuando una PUERTA se CIERRA, otra se ABRE


' Cuando una PUERTA se CIERRA, otra se ABRE '


TINtervalo5 presenta una nueva forma de compartir desde y para el cuerpo. Queremos invitarte a conocer desde la mirada de la Psicóloga Alejandra López Pulido, quien comparte desde la ciudad de Ocotlan, Jalisco y no te pierdas su Intervalo el día martes de cada semana en la segunda temporada del Blog TINtervalo5. No olvides compartir y comentar, Alejandra espera tus preguntas, comentarios y sugerencias. 






“Cuando una puerta se cierra, otra se abre” Una sabia frase popular que nos enseña a tener esperanza ante toda pérdida o situación difícil. Pero que ocurre cuando no estas preparad@ para tomar la “puerta” o simplemente no las ves, solo se siente enojo, tristeza y confusión por la persona que perdimos o nos abandono. 

Si esta es tu situación, probablemente te encuentres en un proceso de duelo. Y no me refiero a los combates cuerpo a cuerpo, sino el proceso emocional y mental que comienza cuando vivimos una pérdida y créeme de éstas tenemos muchas en el transcurso de la vida: la muerte de un ser querido, el término de una relación romántica, una enfermedad que debilita la salud, mudarse de ciudad o cambio de empleo, la pérdida de confianza en las personas, de la juventud, un deseo o meta no cumplida, etc. 

No podemos decidir en qué momento llegan las pérdidas, solo son parte de la vida, pueden llegar por temporadas. Un ejemplo es en estas fiestas decembrinas pasadas, donde todo es luces, amor, encuentros con los seres queridos y regalos, aun así, llega la sensación de que un año más se fue por la ventana, cosas que se perdieron o que no llegaron a ser defraudándonos. La idea de hacerse “mayor” al pasar el tiempo, sueños o metas no realizadas y los abandonos de personas que en nuestra idea son importantes, hacen que esta época del año sea de dificultad con respecto al duelo. 

Si es algo tan común ¿Por qué nos negamos a vivírlo? Desde que se escucha la palabra duelo hay diferentes reacciones que muchas de ellas apuntan a “algo negativo”, algo que a nadie le debería de pasar, catástrofe, dolor y por ende, algo que se tiene que evitar. 

Fingimos fortaleza cuando nos sentimos débiles, adoloridos sonreímos cuando lo que queremos es llorar y sentir unas palabras que nos den ese respiro de vida, ese “apapacho” de alguien. Nos negamos a sentir el dolor de extrañar a alguien, de lo que pudo dejar una traición, un abandono, y comenzamos a “fingir” una falsa alegría. Esto complica bastante el proceso de duelo, por no decir que lo anula, convirtiendo el proceso natural en sufrimiento y en eso tenemos elección.  





Vivir el dolor cura”, aunque suene paradójico. El dolor realmente es el comienzo para sanar. Supongamos vas caminando tranquilamente por la calle y de repente te tropiezas cayendo al suelo. La primera reacción es levantarse y observar a nuestro alrededor si hubo testigos de nuestro accidente, para levantamos como si nada. Pero a medida que transcurre el tiempo (cuestión de minutos), llega ese dolor en la parte del cuerpo lastimada, y es ahí cuando nos preguntamos ¿qué paso? Y nos damos el tiempo y el espacio para observamos. Aquí nos damos cuenta que tenemos una herida que tal vez este sangrando haciendo necesario su curación. Algo similar pasa con los duelos, tenemos una pérdida que abre heridas emocionales y necesitamos del dolor para darnos cuenta precisamente de que esa herida está ahí, sangrando. 

Tenemos que dar ese tratamiento al alma, tomará su tiempo para curarse y dedicación. Conforme va pasando el tiempo y con el tratamiento adecuado, la herida cerrará, dejando tal vez una cicatriz que nos recordará que debemos de caminar más atentos en la vida, cuidándonos, protegiéndonos, y por lo tanto amándonos. Eso puede ser el proceso de duelo, una oportunidad para regresar a nosotros, darnos el tiempo de observar que cosas me duelen para dar ese cariño, esa atención. 



El duelo puede llegar a ser una oportunidad. Un momento en tu vida en donde puedes hacer un alto, conectarte a ese dolor, a esas emociones, vivírlas y de nuevo volver a trazar un proyecto de vida. Y así el refrán comienza a tener sentido.



Psicóloga Clínica Alejandra López Pulido

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