“ Cuando
se JUNTA el HAMBRE con la NECESIDAD ”
TINtervalo5 presenta una nueva forma de compartir desde y para el cuerpo. Queremos invitarte a conocer desde la mirada de la Psicóloga Alejandra López Pulido, quien comparte desde la ciudad de Ocotlan, Jalisco y no te pierdas su Intervalo el día martes de cada semana en la segunda temporada del Blog TINtervalo5. No olvides compartir y comentar, Alejandra espera tus preguntas, comentarios y sugerencias.
Largos,
cortos, chistosos, serios… Para mí los refranes son todo un tesoro, ya que por
algo son dichos y en su mayoría, reflejan la experiencia de la vida. Es por eso
que me gusta iniciar mis textos con un refrán en turno, además de que mi madre
es una extensa enciclopedia de ellos.
“Cuando se junta el hambre con la necesidad”
trae a mi mente cierta reflexión. Cuando sentimos hambre, como una sensación
básica, hay algo interno que nos motiva al movimiento, al hacer algo en
emergencia, pues en ese estado no podemos seguir mucho tiempo. Es cuando
corremos a “cazar” lo que el refrigerador pueda ofrecer para “saciarnos”. Llegando a un momento placentero por cierto
tiempo, hasta que nuevamente llegue “esa” sensación, en su mayoría al estómago.
Y así pasamos los días, cubriendo necesidades fisiológicas una tras otra, pero
el ser humano no solo es parte física y biológica, es también espiritualidad,
cognición y emoción, esos también necesitan ser “alimentados”.
El hambre de amor puede convertirse en una sensación de emergencia que
nos mueve por largo tiempo. ¿Ha quién no le gusta sentirse querido, apapachado?
¡Todos! Es un verdadero manjar cuando esa persona me da cariño, lindas palabras,
detalles, compañía, todo lo que se ocurra, además en pareja se va formando el
vínculo, y se convierte en algo verdaderamente placentero. Pero buscar a una
persona que me “alimente” de amor para seguir existiendo es el conflicto.
No se puede estar tranquilo esperando,
comienza la búsqueda, “la caza”. Y en ese proceso de búsqueda, pueden
presentarse muchos errores, personas que no me alimenten emocionalmente como yo
lo esperaba, dejándonos heridos y culpables. Como si la afirmación que reina
para esas personas en búsqueda fuera “haz de mi lo que quieras, es el precio a
pagar por darme lo que yo no puedo hacer por mi”. La persona que alimente a
alguien así, muy probablemente también este bajo la misma “hambre”: Al fin
alguien me reconoce y me necesita, eso me alimenta. No tarda mucho en prepararse el terreno para
la codependencia. No es amor por más que se le parezca.
¿Qué
hacer en esta situación de hambre? Comenzar por observarla, ¿De qué estoy
hambrient@?¿Qué hago para que la otra persona me de cariño? ¿Va en contra de lo
que pienso y siento eso que hago?
Y
reflexionar contigo mism@, ¿en verdad es lo que yo quiero para mi? Tal vez me dé
cuenta que solo fueron esas necesidades que me deslumbraron e hice pareja, pero
hay que aceptar que solo somos seres humanos, con nuestra propia hambre cada
quien, y que solo yo puedo saciarla conmigo mism@. Si tengo hambre de cariño,
comienzo a saciarla dándome ese cariño yo, si tengo hambre de palabras bonitas,
comienzo el día mirándome al espejo y diciéndome exactamente esas palabras que
quiero oír, emocionándome, y si alguien más me las llega a decir, ya seria
ganancia pues yo ya me alimente.
Es
más fácil escribirlo que entrar a la acción, pero todo con practica se logra, además
vivir alimentándome a mi mism@, suena y se siente mejor que de los demás.
Psicóloga Clínica Alejandra López Pulido
Búscala en Redes Sociales:
www.facebook.com/bwsaludenmenteycuerpo