PROMOCIONES ESPECIALES

martes, 13 de octubre de 2015

.Intervalo - CUENTO de colores.


De esos asuntos que resuelves en la madrugada, cuando parece que nada tiene solución.


Dispersión. Como enredadera de cartón. Detalles cuatro, después de cruzar la barrera del tiempo. Cuatro mira al cielo azul como la claridad del mar. Cuatro, como tierra que cubre todo lo viejo que hay. Cuatro se lleva la mano al bolsillo, saca un reloj de sal, contempla tic tac, sueña de nuevo, un viaje incansable para reunirse otra vez con su otra mitad. Cuatro esta triste, la desesperación le llena el corazón sin embargo no se perturba. Cuatro camina despacio, siente el aire vibrar, piensa en ella una vez más, la imagen se esfuma con los rayos del sol. Duele el pecho, duele el corazón. Cuatro da un paso, se detiene, ligeramente camina y se vuelve hacia atrás.

Magia cuatro, magia. Es solo el recuerdo de un pasado que se hace presente para olvidar. Cuatro regresa, observa al frente infinito, siente miedo, respira, presiona con fuerza el puño derecho, presiona la mandíbula, rechina los dientes, pasa la mano por el cabello. Respira una vez más. Cuatro está listo. Sin volver a mirar atrás, avanza lentamente hacia el futuro presente. Sonríe, silba una vez más.

Cuatro levanta la mirada. Contempla una nueva tormenta, acaricia la piel de color marrón juega en ella. Se hunde en ella. Percibe la frialdad de la textura. Pervierte. Cuatro mira la puesta de sol, todo está perdido. Las gotas de lluvia caen una a una, no pide perdón. No agrieta el alma perturbada. Acaricia la piel marrón una vez más. Cuatro cruza. Llama a la nada. Llama. No hay más que hacer. Cuatro reclama, el miedo. Reclama. Levanta la voz y huye…

Cuando Cuatro piensa no hay más que hacer. Cuatro se acompleja. Se esconde detrás del viejo taburete. Señala. Alma de viejo. Alma buena. Es una tormenta. Las gotas caen como espinas filosas. Se encajan de a una. Cuatro siente dolor. El dolor de un hombre que no puede dejar de pensar. El hambre llama y la señala. Cuatro camina despacio. La arena bajo sus pies. Aturde. Aturde…

Cuatro sigue pensando. Manos cruzadas, intocables. Siente la piel, contempla la piel. Piensa. Viento, ruido. Mirada perdida. Cuatro no sabe qué hacer. Cuatro esta y no está. Cuatro vive y está viviendo. Construye para si una fantasía doble donde la realidad se modifica, donde solo él puede ser feliz.


Cuatro mira y no responde, divaga entre cada realidad alterna que se ha creado. Cuatro contempla a su alrededor, el piso manchado, las paredes cubiertas, los techos humedecidos. Sopor y aire fresco, contradicción atmosférica. Cuatro se sumerge en la ensoñación de una nueva ilusión.

Cuatro contempla azul. Mirada cautelosa. Azul y mar, movimiento. Cuatro llama a la puerta. Día siete. Día de noche, día que se olvida con un sorbo de café. Cuatro yace a la izquierda, azul vive a la derecha. Y las estrellas que se agitan en el vaso con hielo y licor. Cuatro reduce su voz a la emoción palpitante de un mensaje llevado por el viento. Susurro de espaldas, unido a la respiración de la ausencia, del pasado, de la soledad, del desamor. Cuatro deposita humildad. Cuatro deposita silencio. El sol vive dentro de un día de constante transformación. Paradoja.

     El tiempo como un laberinto sumergido en el mar. Cuatro no sabe que existe. Imaginó cuando niño, imaginó quizá mientras la turbulenta ave se posaba en el marco de la ventana. Cuatro silba y se congela en el tiempo. Cuatro llama de noche, espera que el cielo resplandezca y que las estrellas azules bajen de nuevo hasta su ventana. Cuatro camina despacio con la esperanza cautiva. En sus manos está la luz del día, del pasado, de aquel que no vuelve.

     Cuatro extraña consciencia. La piel que le rodea y le es ajena, la piel turquesa que le mira sin palabras. El aroma tibio de esa mirada absurda, impenetrable, inmolada caridad. Palabras tatuadas en la memoria de su piel. La suavidad de una piel que se llena de sonidos desconocidos. Cuatro intriga, cuatro llama. Cuatro sostiene en sus manos un sobre que sugiere atención, una carta escrita en perfecto estilo y decoración. Las letras de un desconocido, el contexto clave de su regreso, la tinta palidece y las hojas mueren al caer del árbol.

     Pantalón, camisa, naranja alrededor. Cuatro dibuja siluetas en el viento noroeste. Se oculta al salir el sol. Un hábito, una taza de café a diario. El viento todo lo destruyó en su paso por el mundo, mientras el agitado mar pervertía al poeta naufrago.

     Cuatro se mece a lado de la hoja que palidece. Cuatro extiende sus alas al sol, es un ave tornasol. Cuatro teme, el estómago se le retuerce y juega. Juega retorcido con el corazón impalpable.

     El alma se le revienta con cada expresión. Cuatro gira, todo a su alrededor languidece. Una película extraviada, un plano que no concluyó jamás. Cuatro contempla el final de una película muda. Cuatro se pregunta otra vez y sin descanso el origen de esta ceremonia furtiva. Cuatro condiciona, establece un acuerdo con las nubes de tormenta, con las nubes provenientes del sur.

     La luz se cuela entre las persianas de la ventana. Cuatro es adulto y evita crecer más. Las estrellas se deshacen como hielo en tropical. Y la mirada de Cuatro, tan serena, tan callada, simplemente se angustia. La piel de su cuello respira, percibe, siente el calor de una noche que ha quedado atrás. Se cobija con las sábanas color marfil intentando nuevamente conciliar el sueño.

     Cuatro escucha el canto de aves que dan vuelta alrededor de su cabeza, susurran secretos, hacen promesas pero Cuatro no quiere creer más. Toma nuevamente el vaso con licor, sirve estrellas congeladas, bebé. Sacude al corazón. Sacude al alma y de un solo trago termina el contenido faltante. Recarga su cabeza sobre el sillón, cierra los ojos y por un segundo olvida y perdona cada ofensa resentida en la piel que cala hasta los huesos.

     Cuatro está listo, su cuerpo es ligero para flotar al caer el sol. Silencio Cuatro, silencio. El mundo lo observa. Cuatro entonces toma el equipaje con ropas nuevas y camina hasta cruzar la puerta. Nueva piel, aromas desconocidos, vuelo concluso. Se pierde en la arena, se pierde en el sol, se pierde en el mar.

     Cuatro siente, deja de respirar, le ocurre. Mientras los cuatro cristales reflejan la misma imagen, esa imagen que no deja escapar, aquella que se oculta detrás de cuatro sonrisas amables. Cuatro desea florecer, tal cual como flor en primavera, Cuatro se construye por instantes, continuos y constantes, cambiantes. Cuatro con voz serena, día de descubrimiento, día de dolor.

     Cuatro mira y siente. Hace consciente cada centímetro de su piel, la sangre, los huesos, Cuatro es un cuerpo completo. Una voz naufraga. Cuatro piensa, llora en silencio, ríe en silencio, mientras las montañas doradas son cubiertas por el sol. Radiante Cuatro, el sol le persigue mientras él vuelve a mirar hacia el río que corre sin descanso. Cuatro escucha.

¿Cómo es la mirada de Cuatro? Observa el reflejo de la luz que viene de la montaña, acompaña al silencio, a la voz del río que filtra un sutil susurro no solo en los oídos, sino en el alma de aquel que no puede dejar de pensar, Cuatro vibra y hace vibrar mientras se introduce en el laberinto donde volverá a ser acompañado, mientras las preguntas se generan sin poder detenerse más.

La luz cruza y se pierde, Cuatro la toma entre sus manos, Cuatro flota y viene, sacude su presente mientras nada confuso. Cuatro tiene inquietudes que se le clavan en la piel. Tantas, como aquellos pétalos que viven en los arboles de un ciruelo. Cuatro espera escuchar los secretos de la montaña, a través del agua que corre en el río que tantas veces contempla.

     Lo que Cuatro no entiende aún es que el tiempo es un regalo que él mismo se obsequia, así entonces el mismo tiempo revelará los secretos que cuatro esconde. Como un laberinto, como un océano, como un río, como una montaña cubierta por los rayos del sol. Como un ave que vuela sin mirar atrás…

     Cuatro, la piel de Cuatro.
     Soñada violeta. Una mezcla de azul y magenta. 

V.B. / 2015

martes, 6 de octubre de 2015

. Intervalo Sensorial .

. INTERVALO SENSORIAL.



Un espacio que te permite el encuentro, un diálogo interior acompañado de un aromático café. Un viaje inesperado… Ella exclama: “Realmente no recuerdo el nombre, pero tengo los sabores grabados en mi memoria”. Sonríe.




Desde afuera parece la fachada de una casa como cualquier otra, la calle es Carmen y el número exterior es 44 en la colonia Nativitas en el Distrito Federal. Cuando caminas desde Eje 5 hacía el interior de la calle puedes ver un árbol enorme del que cuelga un cartel hecho de madera que dice: Comida Artesanal.

Cruzamos la primera entrada, horario matutino. Un hombre de mayor edad se deleita con un delicioso desayuno mientras habla con uno de los propietarios: Marco Quitzé. Miradas amables, diálogo amable, un saludo conocido y desconocido a la vez. Seguimos avanzando, cruzamos la segunda puerta, se escucha el sonido de los cuencos tibetanos provenientes de un aparato estereofónico mezclados con el fuerte sonido de la licuadora que prepara lo que será después un smothie. Dos mujeres conversan a nuestra derecha mientras seguimos avanzando.

A nuestra izquierda, en la pared, se exhibe el trabajo pictórico del joven artista Andrés Ros. Hay en especial un grabado que llama nuestra atención, parece ser un mandala a la vida. Sin embargo el resto de sus obras no son menos importantes, se rescatan los intensos colores en la propuesta y las imágenes de una realidad que se mueve constantemente.

Al fondo, el Foro Manila. Un espacio que se ha abierto a la expresión escénica: Danza, Música, Teatro, todo converge en un solo lugar. Si guardamos silencio y observamos detenidamente se puede sentir la energía acumulada en ese espacio cubierto de  fondo negro.

Elegimos una mesa, aquella que nos permite observar este espacio en su totalidad, ya que INFRASOLES, se ha convertido en ese Intervalo que rompe con la monotonía de los días entresemana. Se puede sentir como el tiempo tiene un valor distinto y como deja de existir. Pues INFRASOLES es agradable desde que observas la fachada, hay una empatía directa con los comensales, en este lugar siempre te encontraras con sonrisas que se obsequian hacía donde mires.

Mientras esperamos, percibimos el aroma del pan recién horneado y la molienda de café. Hacen llegar nuestra solicitud, contenemos en nuestro paladar el sabor dulce de la entrada, una mezcla de frutas y granos que van más allá de una receta conocida. Se entreteje con el sabor del café negro concentrado.
Entonces Diana Molina, la segunda propietaria, se acerca para sentarse en nuestra mesa y conversar. ¿Cómo estás? Dice ella. Comenzamos a charlar. Un diálogo fraterno que trae recuerdos al azar. Llega el segundo platillo, un guiso de nopal con queso fundido muy especial, los sabores se concentran, viajan, y nos llevan de un lugar a otro.

En INFRASOLES cada sabor evoca un recuerdo, cada sabor es un tiempo distinto, cada sabor proporciona lo suficiente para calmar al corazón. Esta cafetería es lo equivalente a un Intervalo de sabores, olores y texturas que nos permiten vivir el presente y comer sin prisa. Al final, un pan de plátano, menta y cardamomo.

En esta corresponsalía hemos obtenido una experiencia sensorial completa entre aromas, imágenes, olores, sonidos… y tacto, el tacto que viene con la mirada. Aquel tacto que viene cuando te llevas el bocado a la boca.

INFRASOLES es un Intervalo que se gusta de compartir con otros. Así que ya sea en solitario, con tu pareja o tu grupo de amigos, este espacio es para ti. Llénate de tranquilidad el corazón y saborea un delicioso café.

Marco y Diana te esperan con una sonrisa cálida de lunes a viernes de 8 a 14 hrs para que pruebes sus desayunos. También los viernes y sábados de 19 a 23hrs para que disfrutes de sus bocadillos.

EN LA CAFETERÍA INFRASOLES propone un Intervalo llamado FORO MANILA, que es un espacio donde artistas de diferentes disciplinas tienen la posibilidad de presentar su trabajo y darse a conocer con público de todo tipo.  Estos eventos especiales son en viernes y sábado a partir de las 20:30hrs.

Así que no te pierdas, goza un nuevo sol, respira y acércate a INFRASOLES.


















lunes, 5 de octubre de 2015

.Intervalo de una manifestación.




.Intervalo de una manifestación.




En un intervalo de 5 horas.
En un intervalo de 10 km.
En un intervalo de pasos, voces, lucha y resistencia, TINtervalo camina al compás de las consignas y vive el cuerpo político del mundo.

Las calles son recorridas por un mar de mentes, donde algunas caras se muestran y van dejando a su paso el vacío real que provoca un fanatismo clásico, pero la marcha en este pedacito del mundo se encuentra enriquecida por su fin - ser una válvula de escape, un apoyo, un abrazo-, no por su tamaño, el cual no deja de ser afortunado en cada año, en cada recuerdo. 

Un año más, un septiembre, un octubre, un mes ultrajado y escondido, un enero y un febrero que esperan por terminar, un año andado en este mundo, sanguinario y oculto, triste. La marcha no ha parado y muchos buscan y seguirán buscando,  las noches se repiten, su sueño se interrumpe.
Entre las voces que gritan un recuerdo que lucha, resuena en mis oídos palabras altisonantes como: moda, estorbos, sin sentido, pérdida de tiempo, basura; no observan apoyo, codos sobre codos, pilares derrumbados, si tan sólo la ayuda de los otros que no marchan, que no  corren, ni caminan, ni buscan  se reflejara en la tolerancia,  si tan solo se entendiera al marchista que pide justicia y que habita a su paso un espacio suyo y de todos, para desenterrar de sus entrañas aquello que impide su felicidad,  porque algo falta y todos lo saben, aunque no se atrevan a decirlo,   algo falta y  no es cualquier hueco.

En un intervalo de 5 horas.
En un intervalo de 10 km.
En un intervalo de pasos, voces, lucha y resistencia niños caminan a lado de sus padres y viven sus primeros gritos compartidos, se desenvuelven bajo los ojos de adultos desconocidos  y continúan con calma y alegría viviendo el momento, la idea es nublada, ¿qué pasa por la mente  de un niño que vive una lucha y la hereda? mientras la mente se despeja, ellos andan en el mar de millares de mentes. Es inmenso el instante entre su sonrisa y su pregunta, es alimento  que para muchos corazones  nublados.

En un intervalo de más de diez mil días, no se puede, no se debe olvidar lo que pasa en cada instante del mundo, en cada pedacito de tierra, una injusticia mínima que deteriora un poco más la sonrisa del mundo.

“El mundo y su historia se llenan así de ausencias, y esas ausencias se hacen murmullo, palabra fuerte, grito alarido. No gritamos por lamento. No lloramos por pena. No murmuramos por resignación. Es para que quienes faltan encuentren el camino de regreso. Para que sepan que están aunque falten. Para que no olviden que no olvidamos. Por eso: por el dolor, por la rabia, por la verdad, por la justicia. Por todos los que hieren los calendarios y las geografías de abajo. Por eso la resistencia, por eso la rebeldía.” 
Subcomandantes Moisés y Galeano, EZLN.